lunes, 13 de febrero de 2012

Crónicas de aventura. Página 2.

La Torre de la Ciénaga. Continuación.


Una pendiente con algunos escalones descendía hacia la oscuridad, la Elfa fue quien nuevamente encabezó la marcha, y apunto estuvo de caer al resbalarse un par de veces durante el descenso. Avisó a sus compañeros, quienes esperaban desde la entrada de la trampilla, del peligro, por lo que optaron por amarrar la cuerda en el nivel superior y descender sujetos. Una vez abajo, dejaron la cuerda para ayudarse en una posible huida. Pudieron escuchar un murmullo lejano como si de un tambor apagado se tratase. Siguieron un largo pasillo que giraba a la izquierda. Una puerta a la derecha daba acceso a un pequeño almacén. Tras girar por el pasillo, se encontraron con otro pasillo aún más largo. Había dos puertas, una enfrente de la otra, casi al principio del pasillo, y otras tres puertas de gruesos barrotes.
Abrieron la puerta que estaba a su izquierda descubriendo una sala de torturas. Mesas llenas de sangre, una dama de hierro, grilletes en las paredes, múltiples cuchillos de diferentes tamaños, agujas, eran solamente algunos de los adornos de la sala. Junto a la mesa, un clérigo con armadura de color negro manipulaba varios instrumentos, al ver a los aventureros, alzó su voz elevando una plegaria a Orcus, dios de los No-Muertos. Antes de que su dios pudiera tan siquiera escucharle, Purpurio disparó su ballesta contra él, pero el virote fue a parar muy lejos. Ordag, elevando su hacha mientras avanzaba hacia su objetivo grito algo que nadie pudo entender, hizo descender su hacha con tal fuerza y maestría que consiguió atravesar la armadura del clérigo, quien no pudo terminar su salmodia. Buscó con las manos su martillo de guerra pero para cuando quiso alcanzarlo, los aventureros acabaron con él. Por la armadura, los aventureros supusieron que se trataba de Cartaramûn, le registraron encontrándole varias llaves. Pero ni rastro del libro que habían venido buscando. Encontraron un gran arcón cerrado con llave junto a una mesa. Probaron las llaves para abrir la cerradura.
Una vez encontraron la llave correcta, Auryn abrió el arcón, una serpiente le lanzó un mordisco al brazo pero la elfa consiguió apartarlo en el momento justo echándose hacia atrás, acto seguido intentar sacar su arco, el mago cargó su ballesta, pero fue la serpiente la que lanzó un escupitajo de veneno que alcanzó los ojos de la elfa, Purpurio disparó la ballesta y con un poco de suerte, acertó entre los ojos de la serpiente acabando con ella. Revisaron el interior del arcón donde encontraron el libro que buscaban, el “Tomo de los portales Planarios”.

-INCISO DEL RELATO-
Fue en este momento cuando el jugador que lleva a Purpurio, agitando los brazos ostensiblemente, le dijo a la jugadora que lleva la Elfa:
-¡¡¡Esto hay que hacerlo a la vieja ausanza !!!
-¡¡¡Los cofres hay que abrirlos desde atrás !!!

Cerramos el inciso.

Los aventureros optaron por seguir pasillo adelante hasta las tres puertas de gruesos barrotes. Utilizando las llaves que habían encontrado en el cadáver de Cartaramûn, abrieron las tres habitaciones, en el interior de cada una de ellas encontraron una cama y un arcón grande. El arcón de la habitación del fondo tenía una cerradura para la que no tenían llave, así que sin dudarlo, Purpurio pidió a Ordag que lanzara contra la pared el arcón. El enano lo hizo al instante, reventando el arcón contra la pared. Cristales rotos, y varios líquidos de diferentes colores se esparcieron por el suelo aparte de una daga con la hoja de singular metal azulado pulido, y algunas otras cosas.
Después fueron a la habitación del centro. Ese arcón no tenía cerradura, y Purpurio se colocó por la parte de atrás para abrirlo, agarró las tapas y tiró de ellas, al instante sintió un extraño calor en las manos, al mirárselas vio unas pequeñas marcas rojas. La histeria se apoderó de él, ¿había sido envenenado? La muerte estaba cerca. Decidido, corrió de vuelta hasta la sala en la que habían roto el arcón, se arrodilló y empezó a lamer los líquidos esparcidos por el suelo. Al ver que pasaba el tiempo, y no ocurría nada, se tranquilizó ante la sorprendida mirada del enano y la elfa que irrumpieron en una gran carcajada que al poco se convirtió en risas contagiosas ante la enfadada mirada del mago.
Registraron el arcón, y cuando recogieron todos los objetos interesantes, fueron a por el tercer arcón. El mago utilizó de nuevamente la táctica de abrir los arcones desde la parte de atrás. Cuando lo hizo, una luz blanquecina inundó la sala, sintieron una fuerza negativa golpear sus cuerpo, la elfa y el mago cayeron inconscientes al momento, el enano pudo aguantar, y fue quien salvó la vida de sus dos compañeros a los que les suministro unas pócimas que les salvaron la vida. Auryn y Purpurio comentaban que no había más puertas en el pasillo, y de pronto, se le escuchó decir a Ortag:
-¡No! ¡no!
-No ¿no? - Preguntaron sorprendidos.
-En esta pared hay una puerta- Dijo el enano mientras habría una puerta secreta en la pared del final del pasillo, dejando al descubierto un angosto pasadizo.
Auryn fue la primera nuevamente en pasar por la puerta secreta, después pasó el enano. Sin apenas darse cuenta, una afilada hoja con forma de guadaña seccionó la mano del enano. Cayó al suelo sin mostrar excesivo dolor, aun le duraban los efectos de las hierbas que le habían hecho fumar. Purpurio seguía con idea de que estaba envenenado, así que tras ayudar en lo que pudieron al enano, el mago quiso seguir el pasadizo. La elfa caminaba en cabeza con paso grácil, Ordag la seguía con caminar pesado agarrándose el brazo, Purpurio con el miedo de la muerte en sus ojos se quedó perplejo al ver caer ante sus propios ojos a Ordag. El suelo se abrió bajo los pies de Ordag dejándole caer a un foso de unos 9 metros de profundidad por donde fluye una corriente de agua fría. Al asomarse Auryn, pudo ver el cuerpo del enano con el cuello partido. Un lodo verde, gelatinoso se movía lentamente hacia el cadáver, y no tardó en cubirlo.
Sin ninguna posibilidad para el enano, continuaron por el pasadizo hasta abrirse en una caverna con una gran puerta doble finamente tallada. La elfa abrió las puertas, sintió un escalofrío por su cuerpo, como si algo quisiera paralizarla, pero su sangre elfica pudo contrarrestar el efecto.
La oscura sala que dejaron al descubierto contenían varios sarcófagos, y una tenebrosa figura sentada en un trono, apenas pudieron ver nada mal, pues varios esqueletos salieron de los sarcófagos. Purpurio y Auryn echaron a correr sin parar hasta llegar a Robleda.

Una vez en Robleda, Purpurio acudió ante Frey para preguntarle por su envenenamiento, pero al no tener ningún síntoma, Frey le sugirió que descansara. El cansancio hizo que no tardaran en dormirse.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja, espectacular Pacho, que abriendo desde atrás se las come todas, jajajajaja. Oye, bien de trampas ¿no? ¿Que iban andando como si fuera el salón de su casa o qué?

    ¿Qué tal la primera partida en cuanto al sistema? ¿Mejor que D&D? ¿Más dinámico supongo?

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    Respuestas
    1. Y lo de lamer el suelo... nos pasamos riendonos un buen rato jajaja, menos él :)

      El sistema muy bien. Super sencillo, que a la larga es lo mejor, porque te permite hacer cuanto quieras. Cris que es muy de figuritas y mapas cuadriculados no los necesitó en ningún momento. Y como es bastante mortal, pues se dan situaciones como las de lamer el suelo xDDD
      En el texto no queda reflejado todo al dedillo, porque me es imposible y sería larguísimo, que ya de por si ha quedado largo, pero tuvieron más folla que ni sé en varias ocasiones...

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